Cosmovisión griega
Religión y Filosofía
Al viejo patrimonio cretomicénico se añadieron las aportaciones indoeuropeas y las influencias
orientales. Por un lado se encontraba Homero, “creador de una sociedad divina a semejanza de la
humana (dioses olímpicos), y por otro Hesíodo, que “ideó toda una teogonía y expuso el problema
de las fuerzas misteriosas que marcan el destino del hombre”. Al mismo tiempo, la religión popular,
basada en el respeto a las fuerzas naturales antropomorfizadas, en los ciclos inmutables de la
vegetación, de las siembras y de las cosechas, y en el hogar, que debe ser protegido de las malas
influencias, obtiene caracteres mas duraderos.
En la religión griega se desarrollaban nuevas creencias más satisfactorias para el hombre, donde
Dionisos incita el secreto de la inmortalidad.
El orfismo insiste en la oposición entre el alma y el cuerpo, en la responsabilidad individual, y
concibe un ideal de vida purificada, ascética y virtuosa, que el pitagorismo (función del número y
de la armonía, y migración astral de las almas) desarrollará. Se renueva la religión Homérica.
Los aspectos de ésta religión son dos. Primero las anfictionías reúnen pueblos o ciudades en torno a
los santuarios venerables, donde asistían los delegados de cada ciudad. La anfictionía pileodélfica,
utilizada para fines políticos, echó a perder las auténticas posibilidades de una unión panhelénica.
En segundo lugar estaban los oráculos, las fiestas panhelénicas y los juegos. Los juegos atléticos y
musicales dieron a los griegos un sentido de fraternidad étnica, pero no pudieron sacar el gusto por
la autonomía y diferencias locales.
En éste período arcaico, profesa el más exuberante politeísmo, donde se ve a Zeus como el gran
dios tribal o nacional, también celestial. Nuestra vida se halla sujeta a fuerzas exteriores que no
podemos dominar (el tiempo atmosférico, por ejemplo). A éstas fuerzas se las denomina Theoí,
dioses. Se debía poseer buena relación con los dioses. Tales potencias son heterogéneas y
arbitrarias. Entonces hay otros poderes que nos protegerán: los dioses de la tribu, de la familia, etc..
Es necesario ofrendar sacrificios a todos los dioses en forma prescripta, cualquier anormalidad
puede irritarlos. No existía una relación fundamental entre teogonía y moral, ya que los dioses no
estaban limitados por las leyes que rigen la conducta humana.
El impulso hacia la unidad y el orden redujo el número de dioses y los agrupó en una familia y un
concejo de familia.
El ritmo regular en el universo no se puede romper, entonces existe un poder superior a los dioses,
éstos no son omnipotentes. Este poder era llamado Anánke, “lo que debe ser”, o Moira, “la fatalidad
distribuidora”.
La pureza exterior se extiende a la pureza interior. Ciertas ofensas que la ley humana no podía
castigar ni los hombres percibir, fueron puestas bajo la sanción divina. Los griegos se negaban a
distinguir entre Naturaleza y Naturaleza Humana. Ahora Anánke o Moira ya no son los superiores a
Zeus, sino la expresión de su voluntad; se incorporaron otros poderes divinos, como las Furias que
controlaban la violencia y la justicia. Pues, éste es el momento entonces, en el que se une la
teogonía con la moral.
Surgieron los mitos, éstos relatos asumían el carácter de interpretaciones de las cosas, representaban
el color y el movimiento con que los griegos revestían lo más saliente de su experiencia vital y cuya
expresión simbólica se veía impulsada por su inteligencia. Eran explicaciones. Había un gran
número de prácticas religiosas y tradicionales vagamente recordadas que requerian un
esclarecimiento, y como se habia olvidado la verdad, fueron reemplazadas por la ficción.
Hay una relacion entre el mito y la filosofia, ambas surgieron a causa del asombro y para solucionar
los problemas de los hombres y aquellos conocimientos a los fenómenos extraños y del origen del
universo.
Del mito surgieron los dioses y con ella la religión.
Persiste la religión politeísta, ésta es naturalmente hospitalaria con los nuevos dioses. Lo esencial
consistia en honrar al dios mediante el rito; nada obligaba a creer en las historias que corrian sobre
él. Existían otros tipos de mitos también, tales constituyen un intento de abordar el origen de las
cosas, primero del universo físico, y después de los dioses.
El politeísmo griego fue entonces una religión “natural”, que se volvió más compleja y politeísta
por la dispersión de la raza griega, y por la unidad, al menos en ciertas partes de Grecia, de dos
diferentes clases de religión, una vinculada con el grupo social, y otra relacionada con el culto de la
naturaleza.
Pero cuando la religión y la moral empezaron a coincidir, se mostró una contradicción que fue
considerada de un modo distintos por los filósofos y por los artistas. Los artistas quitaron u
olvidaron lo que no les agradaba y continuaron utilizando el resto; los filósofos, en cambio,
arrasaron con todo.
La búsqueda de la Physis en la escuela jónica (VII-VI a.C.), el origen y desarrollo de las cosas del
universo, como lo que emerge por sí o lo que aparece. Tales de Mileto fue el primero en pensar por
aquello lo cual todo surge: el agua. Así aparece el agua como el arché (primer principio),
arrastrados por un devenir universal e implicando una concepción animista de la materia.
Anaximandro de Mileto, en cambio pensó en el ápeiron como el principio de todos los entes. El
ápeiron aparece como lo ilimitado o lo infinito, primordial, originario y perpetuo, de lo cual van
surgiendo los entes del mundo de la experiencia inmediata y a cuyo seno tienden a volver como
reparación de un antiguo pecado, de éste modo se une a la filosofia el concepto de evolución. Otro
presocrático fue Anaxímenes de Mileto, para él, el arché es el aire ilimitado e imperecedero que rige
la evolución del cosmos mediante la dilatación y la condensación.
En la escuela pitagórica (VI a.C.-II d.C.), Pitágoras busca la esencia o ley que haga comprensible
todo. Lo demuestra a través del “número y la armonía”. Reduce la filosofía a la ciencia de los
números o causa formal, se separan de la física, se ocupan del ente numérico pero no llegan a la
metafísica.
En la escuela de Heráclito de Efeso (VI-V a.C.). En el fondo de la realidad todo es cambio, todo es
devenir. “Nadie se baña dos veces en el mismo río”. El primer principio es el fuego (cambio
constante), todo de él parte y todo vuelve él. Más allá de todo está el logos causa de la armonía
universal. Eleva la filosofía al nivel de la metafísica. Llega al ente y sólo ve de él la dinamicidad.
Por último, la escuela de Parménides de Elea (VI a.C.). la verdadera realidad es el ente, y no la
realidad del mundo sensible. “El ser es, el no ser no es”. El ente es: uno, inmóvil, eterno, infinito.
También se sitúa ésta escuela en el nivel metafísico, tienen una concepción del ente dominado por
la estaticidad. También forman parte de ésta escuela Jenófanes y Zenón.
Arte
El arte arcaico está marcado por una burda rigidez y por un hieratismo religioso. Presenta dos
facetas distintas, la jónica y la dórica.
La escuela jónica, que domina en Asia, en las islas del Egeo, en Atenas durante la época de los
Pisistrátidas, es más adornada, decorativa y narrativa, menos potente pero más risueña que la
escuela dórica, la del Peloponeso y Grecia occidental, maciza y austera, geométrica y más
profundamente marcada por la gravedad. Su oposición se manifiesta en todas partes, tanto en la
arquitectura, la planta, la decoración y el estilo de los templos como en el vestido, la composición y
la fisonomía de la figura humana.
Escultura
Las dos tipologías que predominaron fueron el joven desnudo (kouros) y la doncella vestida (kore),
ambos en posición erguida. En ellos aparecen acentuados los principales rasgos del cuerpo y
expresan un conocimiento preciso de la anatomía humana. En cuyas múltiples obras se puede
observar un estudio más detallado de la estructura muscular y anatómica y la evolución hacia la
sutilidad de la frontalidad. Progresos similares, retardados por una mayor dificultad, caracterizan la
evolucion de los relieves, en las escenas religiosas, legendarias y de combates. Estos representan
por lo general figuras en movimiento.
Los escultores del periodo arcaico continuaron fundiendo esculturas en bronce.
Arquitectura
Los griegos comenzaron a construir sus propios templos con un estilo personal y distintivo.
Utilizaron la piedra caliza en el sur de Italia y Sicilia, el mármol en las islas griegas y en Asia
Menor, y la caliza revestida con mármol en el continente. Más tarde, emplearon principalmente el
mármol. El templo tipo era de planta rectangular elevado sobre una pequeña base escalonada y
estaba situado en un recinto donde se llevaban a cabo las ceremonias rituales.
Los griegos desarrollaron dos órdenes arquitectónicos o tipos de columnas, el dórico y el jónico.
Las columnas dóricas, que no tenían basa y cuyos adornos consistían en un bloque cuadrado sobre
un elemento redondo en forma de almohadilla, eran piezas robustas colocadas a corta distancia para
sujetar el peso de la construcción. Las columnas jónicas, originarias de Jonia y las islas griegas, son
más esbeltas, con estrías más finas y se colocan a mayor distancia que las dóricas. Cada una
descansa sobre una basa moldurada y termina en un adorno con forma de almohadilla plana que se
enrolla en dos caracoles en los laterales.
Cerámica
A partir del siglo VII, en el estilo corintio los vasos están abarrotados de figuras sobre fondos
florales. En las vasijas se representan a menudo monstruos fabulosos. En el periodo arcaico medio,
la popularidad de la cerámica ateniense se debió a su carácter práctico, sus bellas proporciones, su
acabado aterciopelado, negro como el azabache, y a las escenas narrativas con que estaba decorada;
así suplantando a los fabricantes corintios. Los vasos de figuras negras sobre el fondo rojo dominan
en el mercado; mas tarde, los artistas que comienzan a firmar sus obras llegan a componer pequeños
cuadros de escenas legendarias y anecdóticas. Hacia el 530 aparecen los vasos de figuras rojas sobre
un bello fondo barnizado negro brillante.
Política
En un periodo de formación, los pelasgos, hombres dedicados a la navegación, desarrollaron el
primer foco cultural llamado cultura Cretense o Minoica. Luego, os pueblos de la raza aria
avanzaron sobre los territorios ocupados por los pelasgos. Estos fueron los eolios, jonios, aqueos y
dorios. Los primeros que entraron a Grecia fueron los aqueos, quienes fundaron la ciudad de
Micenas. Esta nueva cultura Micénica opacó a la cretense. Los invasores dorios, arrasaron con las
ciudades Micénicas y avanzaron sobre la Hélade en sucesivas invasiones, obligando a los aqueos,
jonios y eolios a retirarse hacia Asia Menor, donde fundaron nuevas ciudades. La expansión de los
aqueos llegó a Troya, una fuerte ciudad comercial. Después de una nueva invasión dórica, la
monarquía pierde su posición dejando lugar a la aristocracia. La expansión colonial se desenvuelve
en el cambio de la aristocracia hacia la democracia. Las poblaciones griegas buscan nuevas tierras
como necesidad de expandir sus economías. Al mismo tiempo las aldeas se transforman en polis.
Polis se le llamó a una estructura política, no fuera de lo común; una estructura que puede
considerarse como una forma adelantada o degenerada de organización tribal. Estos sistemas
políticos cobraban autonomía, principalmente en lo económico, donde cada una debía
autoabastecerse. Para Aristóteles, “éste sistema político era el único en Grecia que le permitía al
ciudadano realizar plenamente sus aptitudes espirituales, morales e intelectuales”.
La polis estaba dividida en dos partes. Una era la “Acrópolis” (ciudad alta), que fue fortificada y
sirvió como residencia al rey, también fue el lugar natural de la Asamblea y el centro religioso. La
otra parte era el “Asty” que era el centro de vida comunal. El natural crecimiento económico hizo
necesario un mercado central. El estado producía todo lo que necesitaba y si no obtenía determinada
cosa se arreglaba sin ella. Cuando la situación se volvió más estable, fue posible una economía más
especializada y se produjeron más mercancías para la venta. De ahí el “auge” del mercado.
El mundo griego comenzó a distinguirse de los extranjeros, a los extranjeros se los llamaba
bárbaros.
Hombre
El hombre formaba parte de la totalidad, surgía de allí, y allí volvía con la mente. Faltaban los
presupuestos para comprender al hombre como un ser realmente personal. Esto solo era posible si
se concebía ante un dios trascendente y personal.
Los griegos, en toda realidad del mundo, vieron una dimensión más. El mundo era una realidad
misteriosamente religiosa, todo lo que pasaba ocurría por una contraposición de poderes religiosos.
Para los griegos, la divinidad quedó siempre ligada al mundo. Los griegos dejan todo en manos de
los dioses.
La polis era una comunidad viva, basada en el parentesco, real o presunto; una especie de dilatada
familia que convertía la mayor parte de la existencia en vida íntima y que por ello tenía sus
rencillas, tanto más amargas por tratarse de diferencias entre miembros unidos por la misma sangre.
PERIODO CLÁSICO ( S. V a.C.- S. IV a.C. )
Religión y Filosofía
La religión popular es la que menos evolucionó. Se basa en las necesidades más humildes y consta
de toda vida individual, la felicidad material en este mundo y la esperanza de sobrevivir (cultos
agrarios, domésticos y funerales).
Religión cívica y panhelénica: cada ciudad se hallaba bajo la protección de un dios y por lo tanto,
era el símbolo de la razón y de la sabiduría de la ciudad y de sus habitantes. Esto derivo en un culto
público, cuyos ministros eran los magistrados y cuyas ceremonias eran parte de otros actos de la
vida colectiva. Algunos dioses se imponen en todo el mundo griego (Zeus-Olimpia, Apolo-Delos).
La religión panhelenica se expresa mediante oráculos y los juegos que materializaban la comunión
de todo el pueblo. Ambos no pudieron evitar las guerras.
Esta religión no podía satisfacer a todos, cada uno podía (sin romper ninguna regla religiosa) tener
su pequeña religión personal, lo que crea la aparición de nuevas teorías.
Estas nuevas teorías surgieron en su mayoría en dos siglos:
Siglo V a.C.
Se precisan nuevas tendencias, (la omnipotencia de los dioses es puesta en duda, las pasiones
humanas son más fuertes que los decretos divinos). Los progresos de la ciencia y de la filosofía
apartan a las minorías de las antiguas creencias y a partir de la guerra del Peloponeso, el
individualismo empieza a expresarse por toda Grecia. Los cultos coecivos ya no satisfacen las
fuerzas misteriosas (Némesis, destino) y los dioses (demasiados antropomorfizados) ya no le
interesan al hombre griego.
Siglo VI a.C.
Es el siglo de filosofía y de la impiedad (entre las élites cultivadas). “La influencia de Sócrates y
platón demuestra que el espíritu griego es capas de conciliar la religión y la ciencia, el
individualismo y la disciplina cívica, la geometría y la poesía mística.”
La filosofía en este siglo se vio impulsada por Sócrates. Sócrates afirmó la razón como medio para
penetrar la realidad. Los enemigos de Sócrates fueron los sofistas y los irracionalistas. El método
utilizado por Sócrates para penetrar la realidad fueron la ironía y la mayéutica (dialogo).
Ironía: hacia preguntas a profesionales y con sus respuestas entendía que los conocimientos no los
había adquirido por medio de la razón sino por la memoria.
Mayéutica: hacer preguntas graduadas que le obligan a descubrir por si mismo, y va alumbrando la
verdad.
La muerte de Sócrates enseño a los filósofos que es preferible fundar escuelas que exponer
argumentos en la plaza pública poniendo en peligro la vida. De esta manera el s. IV a.C. conoció la
fundación de tres de las grandes escuelas filosóficas de la Antigüedad, en torno a Platón
(Academia), a Aristóteles (Liceo o escuela peripatética) y a los primeros cínicos (Antístenes). Más
tarde hicieron su aparición el epieuresmo y el estoicismo.
Arte
La primera mitad del s.V es la heredera del arte arcaico, y el arte peloponésico. Este período vio la
preponderancia de Atenas, por la importancia de sus talleres (la Acrópolis), y el agrupamiento de
los artistas en torno al foco central. La potencia política, económica e intelectual de la ciudad de
Atenas estaba en su apogeo, y el “milagro griego” quiso que el arte alcanzara al mismo tiempo su
cima. Pero la guerra del Peloponeso, la caída de la ciudad en 404, la difusión de la cultura a todo el
bloque del mundo griego dan lugar a un movimiento de dispersión que caracteriza el s.IV.
La arquitectura constituye el arte noble del siglo V, que expresa el equilibrio y la ciencia del espíritu
griego, inclinado más hacia la línea que hacia el color, más hacia la sobriedad que hacia la
exuberancia. Al igual que en la época arcaica, la casa particular y el monumento utilitario son
dejados a un lado; el templo concebido únicamente como la morada de dios, del que la
muchedumbre queda excluida, y que en consecuencia está construido para ser visto desde el
exterior, goza de todos los favores de las ciudades y de los artistas. Cada región permanece fiel a su
estilo: el jónico domina en Asia, el dórico en el Peloponeso y Occidente, y la unión de ambas
tendencias sólo se realiza en Atenas, en donde el espíritu dórico triunfa en conjunto. La guerra del
Peloponeso despierta de nuevo la antigua rivalidad, después de la desaparición de Pericles, y
entonces triunfa la arquitectura jónica en la Acrópolis. En el s.IV se edifican menos templos, se
reconstruyen aquellos que el tiempo o los hombres han destruido, pero aumenta el número de
edificios utilitarios sin que en ellos el arte alcance los mismos éxitos.
La estatuaria florece a lo largo de todo éste período, pero sus caracteres se modifican: durante la
mayor parte del s.V en éste campo domina también el espíritu dórico, el de los escultores
peloponésicos; el tipo de Kouros alcanza su perfección estática con Policleto y su perfección
dinámica con Mirón; el tipo femenino conserva su severidad, con los pesados ropajes
monumentales del peplos, y una gran reserva en la revelación de las formas. Al final del siglo la
escultura se hace más humana, incluso individual, y los dioses descienden desde el cielo hasta la
tierra, tanto las actitudes como los ropajes son más ligeros, y los rostros traducen delicadamente
unos sentimientos más humanos. En el siglo IV la escultura de bulto redondo y la obra de arte
aislada pasan a primer plano. La variedad de las actitudes es muy extensa, la expresión se anima
hasta la violencia, dramática o mística; la gracia jónica triunfa definitivamente sobre la fuerza
dórica, ya que la mujer bajo los rasgos de Afrodita, es el objeto de toda la dedicación del maestro.
Aparece el retrato individual, así como un nuevo canon, más esbelto, pero sin llegar a ser grácil. La
pintura de gran formato, alcanza al parecer su apogeo hacia finales del siglo V, pero sus obras han
desaparecido. Gracias a la cerámica podemos tener una idea de ella; ésta también se transforma, y
los especialistas distinguen sus estilos sucesivos: severo, libre, animado, florido, y éstos epítetos son
ya reveladores. El siglo IV conoce cierta decadencia con la profusión de detalles, el abuso de los
colores y del dorado, y muestra una creciente inclinación hacia los temas religiosos.
Política
La era clásica dio comienzo con las guerras médicas, guerra de los medos. Estas se distinguen entre
los años 500 a.C. y 450 a.C.. Guerra entre Grecia y Persia por causa de la invasión de Ciro
(gobernante Persa) a las colonias griegas de Asia Menor que tenían una importante economía. Tras
la muerte de ciro, su hijo Dario toma su lugar, las colonias griegas se enfrentan a él y piden ayuda a
Esparta, éste se niega y luego piden ayuda a Atenas, quien acepta ofrecer su ayuda enviando tropas
a Asia. Destruyen sardos, y esto hace enfurecer a Dario y da comienzo a la guerra. Finalmente el
triunfo es para Grecia.
El periodo de hegemonía ateniense durante el siglo V a.C. es denominado como la ‘Edad de Oro de
Atenas’. Bajo el mando de Pericles, la ciudad alcanzó su máximo esplendor.
La educación había sido una consecuencia de la vida de la pólis, común a todos. Así, los hombres
con capacidad natural llegaban más lejos que los demás.
La hegemonía ateniense se dio porque habían conquistado la liga de Delos y obtuvieron mayor
economía, y todo a nivel política, cultura, etc..
Para acabar con la hegemonía ateniense, la liga del peloponeso (Corinto) se enfrenta contra la liga
ateniense (Corcira). Corcira era una colonia de Corinto. Luego de quejarse por el incumplimiento de
las obligaciones de Corcira, se da comienzo a la guerra del peloponeso, donde Esparta y Tebas se
unen para derrivar la hegemonía ateniense. Finalmente la victoria fue para Esparta, gracias a los
errores de Atenas y a que Persia, durante la guerra, le prestó barcos, dinero…, a cambio de que
Esparta le devolviera a Asia Menor. Persia, por esto, sale beneficiado de la guerra. Esparta le
impone algunas condiciones a Atenas, como la destrucción de su flota, de la muralla de la ciudad y
la del puerto.
Esta guerra deterioró la economía de la polis. Grecia se desplazaba con firmeza hacia nuevos modos
de pensar y de vivir. El dominio de Esparta no duró mucho; su violencia despótica suscitó contra
ella una coalición de otras ciudades cuya lucha se conoce como la guerra de Corinto. Tebas derrotó
al ejército espartano. Ahora Tebas pasó a tener el predominio, pero éste no tenía una nueva idea
política para ofrecer. Así dejó lugar para que el predominio político se desplazara a Macedonia,
donde Filipo II había desarrollado un sistema monárquico centralizado. Filipo II invadió Grecia. La
polis aún seguía rigente. Cuando murió Filipo, tomo su lugar Alejandro Magno, su hijo, quien se
basaba en la igualdad de los hombres. Tebas intenta tomar lugar pero Alejandro la destruye, asegura
el norte venciendo a los Tracios y ataca a Persia, dominándola. Sus campañas ampliaron el Imperio,
pero cuando estaba planeando ir sobre Arabia, Alejandro muere en el 323 a.C.. Este período fui
culminante para la vida de la pólis. Para el ateniense de la época de Pericles la idea de utilizar
mercenarios le habría parecido la negación de la pólis. La Atenas del s.IV da una impresión de
letargo político, casi de indiferencia. Los hombres se interesaban en otras cosas y no en la pólis. La
“cosmópolis” fue acuñada en ese tiempo, para expresar la idea de que la comunidad a la que el
sabio debía obediencia era nada más que la comunidad del hombre. El cosmopolitismo era el
complemento necesario del nuevo individualismo. La cosmópolis empezaba a reemplazar a la pólis.
Hombre
“El hombre es una criatura que vive en polis”, dice Aristóteles. Es el único marco en el que el
hombre puede realizar plenamente sus aptitudes espirituales, morales e intelectuales. Tenían una
tendencia individualista, satisfacían sus necesidades tanto en la religión como en el arte, en los
juegos y en discusiones de grandes temas.
PERIODO HELENÍSTICO ( S. IV a.C.- S. II a.C. )
Religión
Los principios fundamentales del pensamiento helenístico no pasaron a ser seriamente puestos en
tela de juicio hasta el siglo XVI. Las principales escuelas filosóficas del periodo fueron el
estoicismo y el epicureísmo. Los estoicos enseñaron que se debe vivir de acuerdo con la naturaleza,
la cual es la razón (logos) que penetra en todas las cosas. El sabio que sigue este consejo logrará la
apatheia, esto es, se librará del sufrimiento. Los epicúreos mantenían que todas las cosas están
compuestas por átomos y el vacío, y que es preferible una vida simple a la riqueza y la fama. Su
meta era la ataraxia o tranquilidad.
El epicureísmo es un sistema de filosofía basado sobre todo en las enseñanzas del filósofo griego
Epicuro. La doctrina más conocida, pero asimismo más discutida por los modernos tratadistas del
epicureísmo es que el placer constituye el bien supremo y la meta más importante de la vida. Se
prefieren los placeres intelectuales a los sensuales, que tienden a perturbar la paz del espíritu. La
verdadera felicidad, según enseñó Epicuro, consiste en la serenidad que resulta del dominio del
miedo, es decir, de los dioses, de la muerte y de la vida futura. El fin último de toda la especulación
epicúrea sobre la naturaleza es eliminar esos temores.
El estoicismo es una escuela de filosofía occidental, fundada en la antigua Grecia, opuesta al
epicureísmo en su modo de considerar la vida y el deber. La filosofía estoica se desarrolló a partir
de la de los cínicos, cuyo fundador griego, Antístenes, fue discípulo de Sócrates. La base de la ética
estoica es el principio, proclamado antes por los cínicos, de que el bien no está en los objetos
externos, sino en la condición del alma en sí misma, en la sabiduría y dominio mediante los que una
persona se libera de las pasiones y deseos que perturban la vida corriente. Las cuatro virtudes
cardinales de la filosofía estoica son la sabiduría, el valor, la justicia y la templanza, una
clasificación derivada de las enseñanzas de Platón.
Un rasgo distintivo del estoicismo es su vocación cosmopolita. Todas las personas son
manifestaciones de un espíritu universal y deben, según los estoicos, vivir en amor fraternal y
ayudarse de buena gana unos a otros. Mantenían que diferencias externas, como la clase y la
riqueza, no tienen ninguna importancia en las relaciones sociales.
Arte
El arte helenístico es multiforme y a menudo original. El arte se difundió sin vulgarizarse, por lo
menos en lo que respecta a las grandes producciones, ya que la cerámica perdió mucho de su
interés. La pintura, la escultura y las artes menores florecieron con gran profusión, y el urbanismo
abrió nuevas posibilidades.
El arte dejó de ser cívico, municipal y se convirtió en monárquico; la pintura eligió las escenas
mitológicas y familiares; la escultura se alejó de los cánones clásicos y de la soberbia y divina
impasibilidad; las pasiones y el drama se expresaron con fuerza, demasiado violentamente. Al igual
que la literatura, el arte parece descender del cielo a la tierra. Corresponden las estatuillas y las
figuras realistas y burguesas, los mosaicos y las pinturas anecdóticas, las escenas de género, que no
alcanzaron nunca más una técnica ni brillante ni acabada.
En arquitectura, lo que parece más nuevo no son ya ni los templos, en los que ahora domina el estilo
corintio (en Asia, todavía continuaba vigente el jónico, aunque ya no el dórico), ni tampoco los
altares. Las numerosas ciudades nuevas, las casas de los ricos, con sus patios interiores rodeados de
columnas y adornos con cuadros, estucos pintados, mármoles y mosaicos.
En la escultura, la mitología se encontraba muy secularizada, en beneficio de Afrodita y de los Eros.
Los artistas conocían aun el secreto de las figuras bellas y serias. Pero no residía aquí el gusto
dominante, existía una inclinación hacia el expresionismo y el realismo, incluso al servicio de lo
disforme y de lo grosero, pero con un virtuosismo técnico asombroso, tanto en el bronce como en el
mármol y la tierra cocida. Por último, las estatuas aisladas.
La pintura sería el más fiel reflejo del alma misma de la edad helenística. Los motivos son tomados
de la mitología o del repertorio trágico. El mosaico de origen oriental gozó de gran vigencia y
representó los motivos del género y también escenas históricas. Los objetos de vidrio coloreado, las
piedras preciosas, los camafeos, la orfebrería y las vajillas de plata, cuyos relieves servirán
posteriormente de modelos a los vasos y copas de los tesoros romanos.
En fin, el arte helenístico, más difícil de captar que el de las épocas clásicas, es más variado y
menos formal; de refinada técnica, liberado de los convencionalismos en su expresión, en ocasiones
recargado o demasiado exuberante, refleja una época que fue de extraordinaria vitalidad.
Política
Cuando Alejandro murió, los generales macedonios iniciaron entre ellos el reparto de su vasto
imperio. Los desacuerdos surgidos por esta división provocaron una serie de guerras. Una de las
características de este periodo que abarca desde la muerte de Alejandro hasta la conversión de
Grecia en provincia romana en el 146 a.C., fue el deterioro como entidades políticas de las
ciudades-estado griegas, además del progresivo declive de la independencia política en conjunto.
En el 215 a.C. Roma empezó a interferir en los asuntos de Grecia. Filipo V de Macedonia se alió
con Cartago contra Roma, pero los romanos, vencieron a las fuerzas macedonias en el 206 a.C., y
consiguieron importantes posiciones en Grecia. Roma, apoyada por ambas ligas, derrotó
nuevamente a Filipo V en el 197 a.C. en la batalla de Cinoscéfalos, y Macedonia, totalmente
sometida, aceptó pactar la paz con Roma y reconocer la independencia de los estados griegos, los
cuales sólo cambiaron un dominador por otro. En un último intento desesperado por liberarse, los
miembros de la Liga Aquea resistieron a las demandas de Roma en el 149 a.C. Hubo una nueva
guerra que terminó con la destrucción de Corinto a manos de las legiones romanas en el 146 a.C.
Grecia fue anexionada en su totalidad por Roma, que creó la provincia romana de Macedonia, cuyo
procónsul extendía su autoridad al resto de Grecia. Sólo Atenas, Esparta y Delfos escaparon a esta
situación, convirtiéndose en ciudades federadas.
El primer estadio helenístico es el transplantado al oriente para crear allí una civilización nueva, de
un nuevo mundo. El segundo estadio es romano, asimilado por su genio, adoptado por su imperio y
transmitido por ellos a occidente. El tercer estadio es el de los cristianos, el helenismo
espiritualizado, actuando en el interior del pensamiento cristiano y presentando a este un medio de
expresión. El cuarto estadio es el bizantino, el helenismo como foco de una segunda civilización
greco-oriental, cristiana esta vez, el helenismo medieval. El quinto estadio es el del humanismo
europeo, el helenismo como tonico del mundo moderno que lo asimila y lo usa como proceso. El
sexto estadio es el de la lengua y la cultura de los griegos bajo la dominación otomana, el del
helenismo como refugio, como defensa religiosa y de convención nacional. El séptimo estadio es el
de la lengua y cultura de la Grecia moderna, contemporánea, un viejo pueblo organizado en un
estadio joven, el helenismo de la independencia recobrada.
CONSIGNA 2
Es un tema verdaderamente complicado el de la religiosidad griega, pero que nos permite
determinar los caracteres del mundo griego. No es posible en Grecia, encontrar una verdadera
unidad religiosa.
La religión más antigua, originaria en Creta, implica un culto de la naturaleza, de sus fuerzas
ocultas, de su fecundidad significa en vegetales, aves, objetos, animales, culto que culminaba en los
ritos orgiásticos. Este sentido naturalístico, se manifiesta en los misterios y oráculos de Grecia y en
los misterios de Eleusis dedicados a Deméter y que tenían un sentido propio de la magia de la
fertilidad de los campos, aunque también estaban relacionados con el misterio de ultratumba y
evocaban la idea de purificación y redención.
Es imprescindible que en un ensayo filosófico se tenga en cuenta al orfismo, al cual varios
historiadores le asignan un papel fundamental en la formación del pensamiento filosófico griego.
Todo el mundo griego aparece asumido por un general naturalismo manifestado en las religiones
mistéricas griegas. Así mismo, hay un vivísimo sentido del misterio de ultratumba más o menos
ligado a una necesidad de purificación. En cuanto, a los orígenes del cosmos, la casa del hombre, el
griego ignoró absolutamente la idea de creación ex nikilo, ignorada por el hombre de oriente. Es
claro que en semejante mundo no cabe ni la idea de la creación absoluta ni de una liberación por un
mediador. El hombre aparece siempre como mezcla de contradictorios elementos, bien y mal, ni
tampoco de una subjetividad fundamental. En ésta situación del hombre griego, es claro que la pólis
refleja ésta concepción del mundo necesario y naturalístico. Por eso el ciudadano se debe a la pólis.
Tanto en la vida griega en general como en la expresión de su pensamiento filosófico, el mito tiene
una importancia fundamental. No es solo una narración fabulosa, es “palabra divina revelada en
palabra humana”, dicho por García Bacca. Por medio del mito se puede expresar aquello que la pura
razón no puede aprehender ni expresar, ya que el contenido del mito no es captable por ella. Esto
indica una realidad más o menos transracional y divina, y sin los mitos no se puede entender el
pensamiento griego.
En el pensamiento griego, aparece como característica suya la objetividad del ser y el dualismo
sujeto-objeto.
CONSIGNA 3
Con los sofistas asistimos a la perdida del ser y del hombre mismo reducido a un conjunto de
sensaciones y a una pura subjetividad amoralista. Sócrates lucha por reinstalar el conocimiento en
lo universal y lo moral en el verdadero conocimiento del hombre. Encarna el mas alto tipo humano
de la antigüedad pagana: serenismo y valiente. Sócrates tuvo conciencia de que la filosofía , en él,
asumía una misión sagrada, y que él, era más que él mismo cuando enseñaba comprometido con la
verdad. Por eso toda su docencia tiene un profundo sentido moral.
Sócrates tuvo conciencia de los problemas como problemas, y adopta una gran cautela en el
conocimiento. La realidad supera siempre al hombre, y por eso, éste, no logra saber nada.
La novedad del pensamiento socrático con respecto a las formulaciones de los sofistas fue la
afirmación del alma como centro definido de la personalidad intelectual y moral del ser humano. La
ética sofista carecía de todo fundamento moral, sus autores se perdían en el utilitarismo y el
escepticismo, incapaces de imponer un principio rector de la conducta humana. El objetivo de
Sócrates fue guiar a los hombres hacia el conocimiento interior, como medio de obtener la verdad
moral y única. Las enseñanzas de los sofistas, según Sócrates, en nada contribuían al beneficio y
mejora del alma humana.
En ese alma, afirma el pensamiento socrático, reside la virtud (areté) que permite al hombre obrar
correctamente y alcanzar la felicidad. La virtud, consistía en conocer el bien, es lo opuesto a la
ignorancia.
La visión Socrática identifica virtud y ciencia. Es la ciencia (el conocimiento) lo que induce a obrar
bien, y la ignorancia la causa del delito moral. Por esta razón el pensamiento del filósofo ateniense
ha sido acusado de un grave intelectualismo. Además establece una correspondencia ineludible
entre el descubrimiento del bien y su puesta en práctica, es posible conocer el bien y no aplicarlo.
Los sofistas alteraron la perspectiva y colocaron al hombre , y a todo lo que a él se refiere, en el eje
de la reflexión filosófica. La novedad introducida por los sofistas fue considerar al hombre como
portador de una naturaleza peculiar, como la “medida de todas las cosas”. El sofista no persigue la
elaboración de conceptos y explicaciones abstractas, su objetivo es educar a los hombres
Bibliografía
Texto de Petit
Texto de Caturelli
Textos de Kitto
Fuentes
Enciclopedia Encarta 2000
Enciclopedia Encarta 2003
Diccionario Encarta 2003
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